mi tren

No me duele ya sentir que he perdido. Porque no tengo razón para creer que perdí. No ya no me sumo. Todo pasa. Ciertamente es así solo depende de cuando pase quien vea y que tan cerca pase ese tren para medir el modo en que somos afectados. Y a mi aunque no quiera admitirlo este tren me golpeo duro en un momento injustamente propicio para sentir todo el dolor. Y me quede tirada en las vías esperando para subir a otro pero no encuentro uno donde no me sienta perdida. Mi vida la dedique a analizar las emociones, las sensaciones y los sentimientos y descubrí que por más que uno trate de manejarlo no tiene dominio sobre ellos.Vi, el atardecer y el amanecer simultáneamente y casi me pierdo de disfrutar el momento. Busque la soledad desesperadamente y me refugie en tus brazos para sentir alivio a este dolor, gracias por estar aquí cuando me hacias tanta falta. Llore mis noches tortuosas una angustia desconocida o que no quise ver por temor para no aceptar que esto me supera que esa vida de la cual fui despojada era mía. Que mi pequeño mundo quedo en un laberinto deshecho. Y ser expulsada de ese modo fue un cruel modo de arrancarme de mi misma todo pasa literalmente en nuestras vidas estamos en un viaje, un viaje inesperado lleno de sorpresas y tropiezos cuyo conductor se llama destino y aun sintiendo que hemos perdido el tren nada tan errado como eso. Pues estamos en un viaje infinito lo único que cambia son los paisajes y los compañeros de viaje. Que por suerte algunos están en el vagón a lo largo de este viaje siempre a mi lado. Y eso se lo agradezco a dios cada día.